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Los termómetros de contacto están libres en forma analógica y digital, los digitales son más rápidos, aunque no tan precisos. En el termómetro analógico la temperatura se lee en una escala una vez que un líquido se ha expandido. Con los modelos analógicos, debes tener precaución de no emplear mercurio enormemente tóxico. En la actualidad se ha ido reemplazando el mercurio por el galio.

Un termómetro clínico solo se puede emplear si los valores medidos son fiables y correctos. Las desviaciones de un máximo de 0,5 grados solo deberían acontecer en casos excepcionales, aunque calificamos una tolerancia de 0,1 a 0,2 grados como muy positiva.

Beurer tiene una serie muy especial para ofrecer en su programa de termómetros clínicos. Bajo el nombre de Janosch, esta empresa vende versiones que están particularmente dirigidas a pacientes pequeños. Incluso incluyen un termómetro chupete para bebés.

Sustancias coomo el galio, indio o estaño no son tóxicas, para los humanos ni para el medio ambiente. Los termómetros diseñados con estos elementos y fabricados conforme con la directiva europea son seguros a diferencia de los antiguos termómetros de mercurio.

La medición de la temperatura en los termómetros de cocina es muy precisa con los dispositivos analógicos, pero para comprobar la temperatura hay que sacar los productos del horno para cada medida o cuando menos abrir la puerta del horno. Eso quiere decir que el calor se puede escapar.